Hoy volviendo a casa vi un coche igual que el tuyo, y si, me dio un vuelco el estómago y mi corazón volvió a revivir todos los sentimientos. Me asusté cual niña pequeña, pensaba que había sido capaz de terminar nuestro libro, y todavía lo creo, pero no lo entiendo.
No me hace falta pensar para recordar todos los momentos que viví junto a ti, cada una de esas sonrisas que me sacabas de la manga, cada momento en el que quería parar el tiempo pero este se me iba de las manos y pasaba más deprisa de lo que debía. No sé, era todo, en ti lo encontré todo, sé que tenías defectos pero de eso nadie se libra, y en verdad, para mi no eran defectos eran características que te hacían perfecto para soñar con una vida a tu lado.
Me acuerdo de cada vez que venías con el coche, de la sonrisa que me echabas a distancia, de que no eramos puntuales si no que llegábamos antes de hora para no hacernos esperar, y cada vez nos encontrábamos en el mismo sitio... podían ser casualidades o cosas del destino, nadie lo sabe.
Puede que me precipitará a expresarte lo que sentía por ti, quizás metí la pata hasta el fondo alguna vez hablando más de lo que debía, pero mis reacciones iban de la mano con mis sentimientos y todo era por miedo a perderte.
Supongo que vivías con miedo a una relación, con miedo a pasarlo mal, sé que la culpa no fue de nadie, si no salió bien muchos dicen que es porque no debía hacerlo, pero me resulta imposible creer que encontraré a alguien como tú, porque simplemente he vivido otras historias y nunca son lo mismo.
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